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Respuesta a Metrópolis – 2 de 11: house of cards7 minutos para ler

El Departamento de Prensa de los Heraldos del Evangelio publicó el 28 de agosto de 2019 un extenso informe titulado "¿Persecución de la Iglesia Católica en Brasil?", en el que las declaraciones falaces contenidas en un informe titulado "Los secretos de Heraldos: lo que esconden los muros de los castillos habitados por el grupo católico ultraconservador", publicado el 23 de agosto de 2019 por el portal de noticias Metrópolis.

Vea el plan de respuesta general aquí.


Ⅱ. Capítulos del informe

En primer lugar, es absolutamente falso afirmar que esta "asociación privada de 'sacerdotes' (en realidad: de fieles) de derecho pontificio" realiza cualquier tipo de "ritual secreto", base para el título de la materia. Además, es calumnioso afirmar que abusa de las personas física y psicológicamente. Por el contrario, la entidad se rige por estatutos aprobados por la Santa Sede, por leyes civiles y eclesiásticas, guiadas por los principios más genuinos de la Iglesia y de la Moral Católica, y se basa en el derecho a la libertad religiosa, de conciencia y de culto, como sistema jurídico constitucional del país.

1. House of cards

a) Internado: una institución reconocida durante siglos por los países avanzados

Los autores sugieren que el régimen de internado en los Heraldos del Evangelio sería algo irregular. Por lo tanto, los niños estarían en las residencias de la institución "recluido" y aislados del "mundo externo". Una vez más, el objetivo de denigrar se vuelve explícito, mencionando un presunto régimen de "confinamiento" o "reclusión". Como sabemos, sólo los animales están confinados y sólo los reclusos son reclusos.

Sin embargo, el régimen de internado o semi-embarque para menores es algo no sólo normal, sino de eficacia reconocida para la educación académica, humana, social y ética (además de la religiosa en ciertos casos). Este sistema es común en Inglaterra, Estados Unidos, Canadá y Suiza. Algunas de las mejores y más prestigiosas escuelas del mundo, como Wycombe Abbey School para niñas y Eton College, para niños, ambos en el Reino Unido, siguen este sistema seguro y válido, cuyo origen se remonta a escuelas públicas medievales dirigidas por monjes. Este último salió no menos de veinte primeros ministros británicos.  ¿Por qué entonces rechazar dicho régimen a priori?

De hecho, está claro la intención de hacer de la materia un instrumento para inducir al lector a la idea equívoca de que los Heraldos aislarían a las personas de la sociedad a través de un proceso milagroso de "lavado de cerebro". Volveremos a eso.

b) Existen leyes y normas para todos los

Hay varias críticas a las reglas internas seguidas en los Colegios Heraldos del Evangelio. Incluso los toques de campana milenaria son ridiculizados… y la existencia de horarios – pasmem! – despertar, orar y dormir, alimentarse, sirve como un asunto para difamar. El informe, sin embargo, pretende ignorar que en cualquier ambiente escolar o laboral que se valora, incluso periodístico, suele haber un régimen de calendario adecuado. Incluso la legislación humana requiere que reserve un horario específico para el almuerzo, por ejemplo (CLT, arte. 71). Esto se aplica aún más, por supuesto, a un régimen de inspiración religiosa. Ya San Benito en el siglo XIX. VI recetó las horas para las comidas en su regla (cap. XLI). ¿Se equivocó? La duración más larga de milenios de su Orden demuestra lo contrario.

La Iglesia siempre ha tenido "normas de comportamiento" diferentes de las del paganismo. Por lo tanto, exhortó a san Pablo: "Si vivimos por el Espíritu, por el Espíritu también atenemos nuestra conducta" (Lc 5, 25). Pero este camino de acción espiritual desfavorece a los totalitarios de la voluntad de los demás, en afrenta directa al ejercicio de la libertad individual, prevista por la ley de los hombres.

En cualquier caso, cualquier organismo o gobierno se rige (o al menos debería) por ciertas normas. Por ejemplo, es necesario recordar que la Federación Nacional de Periodistas tiene un Código de ética, en el que insta a que "la difusión de información precisa y correcta sea el deber de los medios de comunicació[…]n" (art. 2, yo). Además, no es posible "utilizar el periodismo para incitar a la violencia, la intolerancia, el albedrío y el crimen" (art. 7, V). Lástima que no todos los vehículos de prensa siguen estas recetas saludables…

Las otras descripciones del "Ordo de Costumes" están distorsionadas de la realidad y claramente tienen como objetivo burlarse de las creencias religiosas más confiables y la libertad de conciencia misma. La conclusión de los autores es aún más sorprendente: "Los adherentes confieren jerarquías a las partes del cuerpo". Es cierto que los Heraldos no creen que la cabeza tenga el mismo valor que los pies, por ejemplo. Después de todo, la cabeza sirve para pensar…

Por último, la disciplina y los modales que presentan son insistentemente chincalhadas. Pero, seamos sinceros, cualquier fisioterapeuta competente recomienda "caminar con la cabeza y los hombros levantados", cualquier hospital decente hoy prescribe lavarse las manos metodológicamente para proteger la salud, y cualquier pensión de los suburbios de las metrópolis contemporáneos dichas normas para mantener el orden. Por cierto, ¿serían también "ultraconservadores" por exigir la mínima civilidad de sus invitados?

En el plano religioso, nada más falso decir que uno está obligado a asistir "al menos una misa diaria". Basta con conocer un poco de la vida cotidiana de los Heraldos del Evangelio para ver la mentira de esta declaración. Esta es la libertad de culto, prevista por la ley, que ningún poder humano es capaz de prevenir. Y la ley fue hecha para que todos cumplieran.

c) Una acusación maníaco y (parcialmente) sorda

Otra falsedad obvia se refiere a las llamadas "penas". El Metrópolisportal cita como ejemplo el castigo de permanecer "horas de rodilla" (sic) o días en completo silencio. Si los Heraldos pasaran "horas de rodilla" (¿una?) seguramente tendrían serios problemas de locomoción. Las fotos presentadas demuestran, además, lo contrario. En cuanto al supuesto silencio penitencial impuesto, bien que los periodistas podrían haber tomado una prueba al tratar de entrevistar a algún Heralden en sus visitas poco repetiticias. Lástima que sólo oíste a los calumniadores…

d) El boomerang siempre regresa

Entonces el informe "acusa" que en los Heraldos los "órganos sexuales son tabúes. Nunca deben aparecer en conversaciones". Y el texto sigue: "Se recomienda a todos que no observen ningún cuerpo desnudo, ni el suyo propio, y mucho menos el de los colegas". Suena como una mentira, pero esto fue descrito descaradamente por el informe.

Bueno, ¿sería esto una insinuación de los autores en la promoción de lesiones u ofensas a través de palabras de bajo argot? ¿Habría apresurado el informe, indirectamente incitando a la pornografía infantil (ECA, 241, in toto)? ¿O pretenden obligar a una institución de inspiración católica a "facilitar o inducir el acceso al niño de material que contenga una escena de sexo explícita o pornográfica para realizar actos lipobidinosos" (ECA, 241-D, I)? ¿Sería una disculpa a estos crímenes que el informe estaría sugiriendo a los lectores? Esta acusación es un boomerang: se dirige a los propios acusadores. Como Jesús advirtió, "Ai de quien escandalizar a uno de estos pequeños!" (Mt 18.6).

Por último, cabe señalar que los Heraldos cumplen estrictamente con el Estatuto de los niños y adolescentes en el tratamiento de los menores, además de contar con un protocolo específico para su protección, en vigor en todos sus hogares y también en los Colegios Heraldos del Evangelio. La propuesta pedagógica de estas instituciones educativas sigue, además, los Parámetros Nacionales de Currículo propuestos por el Ministerio de Educación. Cualquier acusación en la dirección opuesta es mera inación, que debe ser probada.

Bueno, este capítulo habla mucho de castillos. De hecho, el único auténtico que se encuentra en el informe es un house of cards, lleno de bromistas falsos… Con un golpe se desvanece.

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