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Homilía: ¿Por qué Dios quería tener una familia?3 minutos para ler

Los Heraldos del Evangelio procuran llevar la Buena Nueva del Evangelio a todas partes. Allí donde se les invita a actuar, en coordinación con las directrices pastorales de cada diócesis, los sacerdotes Heraldos procuran traer palabras de alegría, confianza y apoyo a los católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Para llevar este mensaje aún más lejos, el programa «Palabra para nuestro día» busca ofrecer una visión sintética de los puntos esenciales de la liturgia de cada domingo.

En el video que ofrecemos a continuación, extractos de algunas de las homilías entregadas el domingo 29 de diciembre de 2019, fueron compilados en los lugares más diversos de este inmenso y bendecido Brasil:

  • Pe. Célio Luís Casale – Capilla Nossa Senhora de Lourdes, en Mairiporá (SP)
  • Pe. Francisco Magnos – Capilla de Nuestra Señora del Buen Consejo, en San Carlos (SP)
  • Pe. José Carlos Fidelis de Moura – Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Cotia (SP)
  • Pe. Joao Carlos Gomes Barroso – Cuartel General de los Heraldos, en Campos dos Goytacazes (RJ)
  • Pe. Maurício de Oliveira Sucena – Sede de los Heraldos, en Cuiabá (MT)
  • Pe. Mauro Sérgio da Silva Izabel – Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Cotia (SP)
  • Pe. Paulo Sérgio Martins – Sede de los Heraldos, en Curitiba (PR)
  • Pe. Thiago de Oliveira Geraldo – Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Cotia (SP)

Resumen

Tanto Dios ama la institución de la familia que, al encarnarse, quería tener una para sí mismo.

No hay tiempo histórico tan necesitado del ejemplo de la Sagrada Familia como el nuestro. Vivimos en una época en la que procuramos poner fin a la institución familiar en todos los sentidos, y por lo tanto nada mejor que tener este arquetipo de familia ante nuestros ojos, para que podamos amar y defender a esta institución tan amada por Dios.

¿Qué lecciones nos trae a la liturgia de hoy? La primera lección es la humildad, porque en la Sagrada Familia que menos se mandó, y que fue más obedecido. Esta humildad en la relación familiar nos lleva a tener este respeto que la primera y la segunda lectura nos hablan.

La segunda lección es la de la fe, sabiendo reconocer la acción de Dios en los acontecimientos. Eso es lo que el Evangelio nos habla. San José escucha la voz del ángel en un sueño y no duda ni un solo momento en obedecer lo que se le ha mandado. ¿Por qué? Porque reconoció la mano de Dios en lo que estaba sucediendo.

San José estaba experimentando una terrible aflicción, viendo a su Hijo Divino, que acababa de nacer, siendo ya objeto de persecución por parte de las autoridades. Vio a su Santísima Esposa, que más tarde se convertiría verdaderamente en el Co-Redentor de la humanidad, también sufriendo de la situación a la que el Verbo Encarnado fue expuesto. Pero a pesar de todo esto, sabía dónde estaba la mano de Dios haciendo lo que era su voluntad.

¿Cuál es el acto de Dios como ama? Nuestro Señor acababa de nacer, y ya estaba siendo perseguido. No hay un solo Dios que amó tanto como la Santísima Humanidad de Nuestro Señor, y junto con él Nuestra Señora y San José, y como prueba de este amor les dio el honor de ser perseguidos…

Así que debemos ser, es decir, debemos saber reconocer la acción de Dios en los acontecimientos, discerniendo con quién es, y eligiendo: o nos quedamos con la Sagrada Familia o con Herodes. No se nos dará para elegir una «tercera opción».

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