ES-Actualidad ES-Destaque

Homilía: La verdadera historia se rige por los Justos3 minutos para ler

Los Heraldos del Evangelio procuran llevar la Buena Nueva del Evangelio a todas partes. Allí donde se les invita a actuar, en coordinación con las directrices pastorales de cada diócesis, los sacerdotes Heraldos procuran traer palabras de alegría, confianza y apoyo a los católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Para llevar este mensaje aún más lejos, el programa "Palabra para nuestro día" busca ofrecer una visión sintética de los puntos esenciales de la liturgia de cada domingo.

En el video que ofrecemos a continuación, extractos de algunas de las homilías entregadas el domingo 22 de diciembre de 2019, fueron compilados en los más diversos lugares de este inmenso y bendecido Brasil:

  • Pe. André Luiz de Moura – Sede de los Heraldos, en Brasilia (DF)
  • Pe. Andrey Almeida Durées – Sede de los Heraldos, en Recife (PE)
  • Pe. Carlomagno Defanti – Oratorio Nuestra Señora de Fátima en Nova Friburgo (RJ)
  • Pe. Celso Bruno Gonalves Sá – Capilla Nossa Senhora de Lourdes, en Mairiporá (SP)
  • Pe. Cristian Bitencourt – Asiento de los Heraldos en Cariacica (ES)
  • Pe. José Carlos Fidelis de Moura – Capilla de Nuestra Señora del Buen Consejo, en San Carlos (SP)
  • Pe. José Carlos Fidelis de Moura – Sagrado Corazón de Jesús, en Piedade (SP)
  • Pe. Lourenáo Isidoro Ferronatto – Oratorio Nuestra Señora de Fátima en Nova Friburgo (RJ)
  • Pe. Luiz Francisco Beccari – Capela San Francisco, caieiras (SP)

 

Resumen

La verdadera historia, que realmente da paso a los acontecimientos, no ocurre en los faustos y grandezas del mundo, sino en el corazón de los justos y en su fidelidad. La prueba de esto está en el Evangelio: ¡La Virgen y San José eran desconocidos y borrados a los ojos del mundo, pero estaban decidiendo la salvación de toda la humanidad…!

¿Quién era San José? El Evangelio lo presenta como descendiente de David, heredero de la realeza del pueblo elegido, un hombre profético, santísimo e inmaculado. Sin embargo, ¿quién lo honró como se merecía? Una de las pruebas de la decadencia del pueblo electo es precisamente que no fue capaz de reconocer dónde estaba nado los justos, ni justicia… Fue Dios mismo quien se encargó de hacer que la historia pasara por sus manos, la exuda y lo glorificaba.

San José era flexible a la voz de la gracia, en algo tan simple como un sueño… "y "no temía" en "hacer" como el Señor le había mandado. Con eso, tuvo parte en el misterio de la redención.

Ahora, cada uno de nosotros recibe de Dios gracias por reconocer dónde está la salvación, dónde está la Virgen, dónde está la Iglesia, "Virgen, que concibe y da a luz"… Santidad.

¿Seremos capaces, como San José, de vencer el miedo y el miedo? ¿Seremos capaces de hacer lo que Dios quiere de nosotros, recibiendo la Iglesia verdadera en nuestro hogar, en nuestra vida? ¿Somos ,como dice el salmo, "la generación de los que buscan al Dios de Israel y buscan su rostro"?

Seguiremos la voz del profeta, que, al igual que Isaías, en primera lectura, nos dice que miremos hacia el Cielo para pedir una señal de Dios, mostrando dónde está su Santísima Mano? ¿O seremos como Acaz, naturalistas, mundanos, confiados sólo en nosotros mismos, y lo que el mundo dice y promete?

Comparta:

Você talvez goste também...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *