El Departamento de Prensa de los Heraldos del Evangelio publicó el 28 de agosto de 2019 un extenso informe titulado "¿Persecución de la Iglesia Católica en Brasil?", en el que las declaraciones falaces contenidas en un informe titulado "Los secretos de Heraldos: lo que esconden los muros de los castillos habitados por el grupo católico ultraconservador", publicado el 23 de agosto de 2019 por el portal de noticias Metrópolis.
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7. La discriminación religiosa continúa
"Quien lanza una piedra al aire la ve caer sobre su cabeza", dice el sabio autor del Eclesiástico (27:28). Y eso es realmente lo que le pasa al informe. En este capítulo, los contornos de la calumnia, la difamación y la discriminación religiosa (ley 7.716/89) se hacen aún más evidentes.
Sin ataduras, los autores pronto critican la "excentricidad" de la ropa. Luego vienen a inventar "rituales secretos" y "escenas impactantes" denunciadas ante la Fiscalía de Sao Paulo (MPSP). Lo que el informe se exime de comentarios es que los cargos fueron respondidos por pruebas documentales y completas por la institución, presentados de manera exhaustiva y de conformidad con la legislación vigente. A esto se añade que el informe indica que tenía acceso a la información de la representación presentada ante el MPSP que se ejecuta en secreto de justicia (que era requerido por los propios denunciantes). Una vez que se revelan estos datos sensibles, se manifiesta la confesión de culpabilidad de la ilegalidad del informe. Además, recoge un extracto de la pieza manifiestamente difamatoria y vilipendiante al presentar Mons. John como un "dictador disfrazado y manipulador", "que daña física y psicológicamente a niños y jóvenes". Ahora, ¿cuál es el motivo presentado? No. Las acusaciones de este contenido pueden ser apropiadas para las sombrías guaridas de Internet, no de un vehículo de información adecuado que tenga la intención de "prestar servicio a la sociedad del Distrito Federal y al país", como se indica en la Oficina Metropolitana.
En cuanto a la cuestión del exorcismo, bastaría con que el vehículo verificara las amplias respuestas de los Heraldos del Evangelio en este ámbito. Además, debe recordarse que la autoridad competente para evaluar este tema es eclesiástica. Ahora, la Iglesia examinó el caso y no encontró ninguna irregularidad. Insistir en el juicio de los actos religiosos de una manera anticlerical sólo puede constituir en flagrante desprecio por la fe de los mismos.