La Escritura dice: “Perro que vuelve a su vómito” (Prov 26, 11) y “Cerda lavada se revuelca en el fango” (2Pd 2, 22). Cierta analogía puede hacerse con los artículos difamatorios y parciales de la revista española Vida Nueva sobre los Heraldos del Evangelio. Ésta es la tercera publicación de la mencionada revista “previniendo” y “vacunando” al público acerca de la Asociación (para ver las respuestas anteriores, entrar aquí (1.ª) y aquí (2.ª).
El departamento de prensa de los Heraldos ha reivindicado sus derechos frente a esta parcialidad, respondiendo debidamente a estas acusaciones que no se merecen. La última respuesta la transcribimos a continuación para los lectores de Heraldos Véritas.
Darío Menor: ¿es el asesor de quién?
El propósito de esta respuesta es mostrar al público cómo Darío Menor, periodista de Vida Nueva, ha utilizado la información recibida de un anónimo, información tan indiscreta como imprecisa, para manipular a la opinión pública contra los Heraldos de la Evangelio.
Vea el artículo completo que el departamento de prensa de los Heraldos envió a la revista Vida Nueva.
Los Heraldos del Evangelio manifiestan su perplejidad
Un intento de estrangular la verdad
El periodista Menor, de Vida Nueva, aparece siempre con mayor evidencia como el asesor de prensa oficioso de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA). Sin embargo, lejos de su papel de “mediador de la verdad”, Menor procura presentar con gran ventaja los rumores del “pico de oro”, su informante privilegiado, indiscreto e impreciso, quien “pontifica” con autoridad o sin ella. Los datos aportados —siempre en detrimento de los Heraldos— muestran de modo indiscutible falta de imparcialidad, ya sea por parte del “informante” ya sea por parte de Darío Menor. Nuestra institución, sin embargo, le reconoce a Vida Nueva el hecho de haber publicado hasta ahora íntegramente sus respuestas.
Menor vuelve a la carga asegurando que “[La intervención a los Heraldos] estaba motivada por los supuestos delitos, pecados e irregularidades en que habrían incurrido y que habrían sido descubiertos durante la visita apostólica, iniciada en junio de 2017”.
Esta afirmación no condice con la verdad. En efecto, los visitadores, en un encuentro con las autoridades de la Institución afirmaron no haber encontrado nada de grave contra fides et mores. Tal información fue ratificada por el Secretario de Estado a dos representantes del presidente general, durante un encuentro personal que tuvieron con él en Roma, concluida la visita apostólica. Por otra parte, los Heraldos han pedido con insistencia a la CIVCSVA que sean concretizadas las vagas alegaciones del Decreto de Comisariado que apuntan “graves carencias” en categorías genéricas, pero aún —y eso que la Iglesia está en clave de diálogo y de misericordia— no han recibido ni señales de humo por parte de quien debía al menos dejar caer una palabra…
Sin embargo, el periodista Menor, informado por su fuente “infalible”, asegura que hay delitos, pecados e irregularidades. Llama la atención el contraste entre el mutismo absoluto de las autoridades competentes en relación con la Institución —que amparada en el derecho (c. 50) debía haber sido escuchada incluso antes de que saliese el Decreto— y la seguridad con que su asesor oficioso ofrece a sus lectores las supuestas causas del comisariado. Estamos, sin duda, ante un modo muy peculiar de aplicar la justicia: se niega a los interesados el diálogo y se le habría concedido a un periodista el dar a conocer al gran público aquello que los más inmediatos interesados ignoran…
Además, cabe resaltar que, durante la Visita Apostólica, tan sólo un o una denunciante —que sepamos— se presentó en dos ocasiones y con denuncias no concordantes entre sí sobre el mismo supuesto abuso sexual. Y sus denuncias fueron dos veces archivadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe… El resto de las acusaciones de supuesto abuso sexual han sido presentadas en fecha posterior al término de los trabajos de los Visitadores, a finales de 2018, alentadas, como todo indica, por un grupúsculo coordinado con el fin de dañar a los Heraldos, como ya se explicó en nuestra anterior respuesta. A respecto de algunas de esas denuncias, la conclusión ha sido la constatación de la inexistencia de ilícito y la absoluta ausencia de indicios de materialidad. Otras han sido analizadas con seriedad y presentan serias lagunas. Los supuestos implicados colaboran con la justicia y tienen la certeza moral de que será probada en la Justicia su inocencia y, en consecuencia, serán tomadas las debidas medidas legales en relación con los acusadores.
En conclusión, sea Menor o sea “pico de oro”, o los dos, deberían presentar excusas a los lectores por haberles informado mal, y a la Institución por haber querido desacreditarla.
Nuevas embestidas contra un molino de viento…
A seguir, se debe razonar con serenidad sobre la nueva letanía de acusaciones contra los Heraldos… He aquí la última actualización de Menor: “Entre ellos destacan posibles casos de abusos sexuales a menores, alienación parental, abusos de conciencia y de poder, práctica de exorcismos irregulares, culto fanático al fundador y recogida de donativos sin autorización del obispo diocesano”.
Asombra que “posibles casos de abusos a menores” sean un pretexto para intervenir a una Asociación. Hay diócesis, órdenes religiosas y hasta cardenales acusados de supuestos abusos o culpabilizados de ellos, cuyas personas, diócesis u órdenes ni se han tocado… ¿Por qué se justificaría, entonces, sentenciar a los Heraldos antes de cualquier determinación judicial?
“Alienación parental”. Todos los jóvenes que frecuentan los Heraldos o viven en sus casas lo hacen con el consentimiento y permiso escrito de sus padres. La inmensa mayoría de los padres de exalumnos está agradecida y se manifiesta más que satisfecha por la formación que le fue impartida a sus hijos: ¿dónde está la temible alienación parental? Curiosamente, buena parte de las escasas familias que acusan hoy a los Heraldos de este supuesto “crimen” tuvieron que recibir a sus hijos de vuelta a casa por conducta no adecuada… como en uno de los casos anteriormente citado por Vida Nueva. Lanzamos, en este punto, un reto. Si Darío Menor, o su “pico de oro”, ponen sobre la mesa el número de denuncias por parte de padres que afirman que sus hijos fueron objeto de alienación parental, los Heraldos también publicarán el ingente número de familias que afirman lo contrario. Si es buen caballero, no dudamos que recogerá el guante.
“Abuso de conciencia y de poder”. Acusación tan etérea cuánto endeble… ¿En qué consistiría tal abuso de conciencia o de poder? Que existan algunas quejas por parte de unos pocos exmiembros es posible: ¿han sido estudiadas en profundidad? Estas preguntas las hemos dirigido a las autoridades competentes, sin éxito. Quizá por mediación de Darío Menor, a cubierto del anonimato, alguien pudiese darnos una explicación…
Sobre los supuestos “exorcismos irregulares” ya se ha respondido a saciedad: no existieron y esto fue admitido por los mismos Visitadores. Se está intentando resucitar una momia que no se tendrá de pie… Igual se diga sobre el “culto fanático” al fundador, acusación que haría temblar a un niño, no a una Institución que permanece, con la gracia de Dios, anclada a la Tradición de la Iglesia. En cuanto a las donaciones sin autorización, los Heraldos tienen el hábito de presentarse a los ordinarios del lugar antes de visitar a sus miembros solidarios para diversas finalidades apostólicas, entre otras, para solicitar la periodización de las donaciones que muchos de ellos ya hacen esporádicamente. Nos llama la atención que otras asociaciones laicales que proceden de igual manera no hayan sido objeto de este cuestionamiento…
Vida Nueva anticipa oficiosamente el envío de una carta corrigiendo el error cometido por la CIVCSVA en el Decreto y reafirmando que la intervención sigue adelante. El presidente de los Heraldos no ha recibido tal carta y aguarda pacientemente que le sea entregada, salvo que una exclusiva de Vida Nueva o de su “pico de oro” publique el facsímil…
Quien conoce a los Heraldos de cerca está con ellos
Finalmente, Darío Menor, con su parcial tendencia en la selección de fuentes, presenta un decreto emanado por Mons. Irineu Andreassa a respecto de los Heraldos. Dígase de paso que el mismo obispo ha manifestado de forma pública y por escrito su disgusto por la instrumentalización por parte de algunos medios de comunicación de sus medidas administrativas en relación con la entidad, apuntando por detrás de esa actitud difamatoria una “celada del Maligno”. Este último documento, por lo visto, no es de conocimiento de Darío Menor…
En todo caso, séanos permitido citar otros dos testimonios episcopales de peso. Estos a favor. Uno de ellos es del obispo de Bragança Paulista —donde están situadas la Casa General de la Institución y la Casa de Formación Sacerdotal— Mons. Sergio Aparecido Colombo, cuyo testimonio filmado se puede consultar en internet. Extraemos apenas un fragmento:
“Mi experiencia con los Heraldos, la experiencia de la diócesis es muy positiva, es muy bella, incluso porque ellos son siempre solícitos, no sólo con el obispo, no sólo con la parroquia [a ellos confiada], sino con la misma diócesis”.
El otro es de Mons. Benedito Beni dos Santos, teólogo de gran calibre y Supervisor General de Formación de los Heraldos del Evangelio, actualmente administrador apostólico de la diócesis de Lorena, que también quiso dejar su testimonio grabado, disponible en internet:
“Mons. João es, en realidad, una persona completa. Es decir, un don de Dios para la Iglesia. En primer lugar, porque enseña a través de su testimonio de vida. De ahí el nombre Heraldos del Evangelio, fundados por él. Los Heraldos anuncian no sólo de boca, sino con el testimonio de vida”.
Qui potest capere, capiat!
No cabe duda que los Heraldos del Evangelio están asistidos por el Espíritu Santo, al aclarar certeramente todas las calumnias dejando en ridículo al atacante.