Los Heraldos del Evangelio procuran llevar la Buena Nueva del Evangelio a todas partes. Allí donde se les invita a actuar, en coordinación con las directrices pastorales de cada diócesis, los sacerdotes Heraldos procuran traer palabras de alegría, confianza y apoyo a los católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Para llevar este mensaje aún más lejos, el programa "Palabra para nuestro día" busca ofrecer una visión sintética de los puntos esenciales de la liturgia de cada domingo.
En el video que ofrecemos a continuación, se compilaron extractos de algunas de las homilías entregadas el domingo 15 de diciembre de 2019:
- Pe. Anderson Fernandes Pereira – Sede de los Heraldos, en Brasilia (DF)
- Pe. Carlomagno Defanti – Oratorio Nuestra Señora de Fátima en Nova Friburgo (RJ)
- Pe. Eduardo Zacarías de Paula – Sede de los Heraldos, en Fortaleza (CE)
- Pe. Felipe Ramos – Capilla de Nuestra Señora del Pilar, en Ubatuba (SP)
- Pe. Hélio Rodrigues – Capela Sao Paulo, en Campos dos Goytacazes (RJ)
- Pe. Iñigo Abbad Luengo – Asiento de los Heraldos en Maringá (PR)
- Pe. Luiz Francisco Beccari – Capela San Francisco, caieiras (SP)
- Pe. Maurício de Oliveira Sucena – Sede de los Heraldos, en Cuiabá (MT)
- Pe. Max Adriano Ribeiro – Sede de los Heraldos, en Campo Grande (MS)
- Pe. Mário Beccar Varela – Sede de los Heraldos, en Recife (PE)
- Pe. Ricardo José Basso – Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Cotia (SP)
Resumen
Dios nunca deja de guiar a su pueblo, y los medios utilizados por El para esto es enviar a sus profetas, los profetas. Ahora, la misión del profeta es abrir los ojos de los ciegos y descender los oídos de los sordos, señalando el camino de Dios.
La mayor predicación del profeta es su propia vida, sus obras, no es de extrañar que contradiga los máximos del mundo. Por lo tanto, una de sus principales características es el sufrimiento y la firmeza a través de los cuales se opone al populismo y la ambiguedad.
Ahora Dios nunca abandona a su pueblo, y por lo tanto la verdadera Iglesia de Jesucristo siempre será dirigida por El. La Iglesia es el faro de la humanidad, y los que no caminan en su luz están en las tinieblas. Por lo tanto, también debe haber profetas que nos guíen hoy. ¿Dónde están? Se trata de abrir los ojos y buscarlos.
De hecho, no hay mayor gozo en esta tierra que encontrar el verdadero camino de Dios, tener los ojos abiertos, tener los oídos cerrados. Por otro lado, no hay mayor tristeza que -habiendo visto y oído la Verdad- querer permanecer ciego y sordo.
