ES-Actualidad ES-Destaque

Homilía: El gran privilegio del enemigo de la serpiente3 minutos para ler

Los Heraldos del Evangelio procuran llevar la Buena Nueva del Evangelio a todas partes. Allí donde se les invita a actuar, en coordinación con las directrices pastorales de cada diócesis, los sacerdotes Heraldos procuran traer palabras de alegría, confianza y apoyo a los católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Para llevar este mensaje aún más lejos, el programa "Palabra para nuestro día" busca ofrecer una visión sintética de los puntos esenciales de la liturgia de cada domingo.

En el video que ofrecemos a continuación, se compilaron extractos de algunas de las homilías entregadas el domingo 8 de diciembre de 2019:

  • Pe. Andrey Almeida Durées – Sede de los Heraldos, en Recife (PE)
  • Pe. Aumir Scomparin – Capilla Nossa Senhora do Carmo, en Caieiras (SP)
  • Pe. Inácio de Araújo Almeida – Capilla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Caieiras (SP)
  • Pe. Maurício Sucena – Sede de los Heraldos, en Cuiabá (MT)
  • Pe. Mauro Sérgio Izabel – Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Cotia (SP)
  • Pe. Max Adriano Ribeiro – Sede de los Heraldos, en Campo Grande (MS)
  • Pe. Paulo Sérgio Martins – Sede de los Heraldos, en Curitiba (PR)
  • Pe. Pedro Henrique Braga – Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Cotia (SP)

 

Resumen

La Inmaculada Concepción es el Trofeo de Dios. El privilegio principal de la Virgen es la Maternidad Divina; sin embargo, lo que más causa odio al diablo es la Inmaculada Concepción. La Inmaculada Concepción es la afirmación de la Victoria de Dios: en una criatura, Dios ha vencido por completo al diablo. ¡La gloria de Dios ya está completa con la Virgen!

Este privilegio Marial se transmite a la raza de la Virgen, que por analogía también es inmaculada, como indica la segunda lectura. Y esta es la característica que más causa odio al diablo: la Inmaculada Concepción de la Virgen reflejada en sus hijos. Por lo tanto, todos podemos participar en este privilegio de María santísima, y esto es lo que ella nos invita a hacer.

¿Como? Distinguir siempre entre el bien y el mal, la verdad y el error, hermoso y feo. En una palabra, amar la virtud y el pecado aburrido. La condición para que la Raza Virgen sea inmaculada es que no haya amistad entre ella y la Raza Serpiente en obediencia a la palabra de Dios manifestada por la primera lectura.

Hay mil maneras de "hacerse amigo de la Serpiente" en la vida cotidiana. Una de las más frecuentes es hacer concesiones al respeto humano por el miedo a mostrar a un enemigo de la serpiente. Ahora, incluso si no soy santo, debo amar la santidad. Incluso si no soy justo, debo amar la integridad. Aunque no soy pura como la Virgen de las vírgenes, debo amar y admirar la pureza.

Este amor y esta admiración me transformarán, por la misericordia de esta inmaculada, ¡pero es nuestra Madre!

Comparta:

Você talvez goste também...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *