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Monseñor Juan: Nuestra Señora llama a los indios un gran futuro3 minutos para ler

En las homilías pronunciadas el 12 de diciembre de 2005, el 12 de diciembre de 2008 y el 12 de diciembre de 2009, el fundador de los Heraldos del Evangelio, Monseñor John Scognamiglio Clá Dias, EP, se ocupa del afecto mostrado por la Virgen por los Indios de las Américas, al invocación de la Virgen de Guadalupe, y al llamarlos un gran futuro.

Vea el extracto:

Las siguientes son las mismas palabras de Monseñor John Claudia:

En 1531, México[no], los mi[1]sioneros españoles estuvieron allí a través de México y tuvieron que aprender la lengua nativa, la lengua de los indígenas; aprendieron el idioma y comenzaron a convertir estos y esos. Y entre ellos se convirtieron había un pequeño indiozinho llamado Diego. Diogo en portugués, Diego en español.

Este indio, Juan Diego era un indiozinho muy piadoso, muy correcto, muy agradable y estaba en una montaña llamada Tepeyac… Estaba pasando por esta montaña —está cerca de la Ciudad de México— de repente se le aparece la Virgen. Y está deslumbrado por la Virgen y lo toma con naturalidad, porque ya fue introducido en la religión, sabía perfectamente lo que era una aparición, y vio que era la Misma Virgen.

* * *

Está encantado de[2] ver a la Virgen con ese vestido ligero y tratar a la Virgen íntimamente, y Ella le dice: "Mi pequeño hijo de todos los hermanos", y él la trata como una hija, un impresionante cambio de papel, porque ella se deja tratar a sí misma como hija y él la trata como el niño pequeño de todas sus hijas. Y ella, dentro de esta intimidad colosal, quería aspirar al siglo XX, y especialmente al siglo XXI, en su relación con los que vendrían. Y entonces ella quería tener toda una relación afectuosa, toda madre, todo hecho de suavidad, dulzura e intimidad. La intimidad que tiene con este indio es la prefigura de la intimidad que tendrá con los que vendrán al Reino de María.

"El tiempo esperado se ha completado": y aparece en el siglo XVI… porque todo con ella se hace misteriosamente… y aparece en la conjunción de los tres continentes: el continente norteamericano, el continente centroamericano y el continente americano del sur. Ella aparece en México y como si involucrara con su manto todo el continente americano.

Fue el continente americano que nació en la Fe Católica. Y habiendo nacido el continente de la Fe Católica, era necesario que la Virgen desplegara su manto para caer rosas en este continente y para familiarizar a los habitantes de este continente con la figura de ella. Y por lo tanto, el tiempo esperado se había completado, y así comenzó una relación tortuosa con este continente.

* * *

La Virgen de Guadalupe se le aparece a un indio; [3]y el hecho de que escogió a un indio para aparecer muestra que ella no despreciaba los orígenes de esta América, Estados Unidos que nace de la colonización de los misioneros europeos y que esta misión se centra en los indios. Estos indios aún no han dado su fruto total en la historia.

Y nosotros, dirigiéndose a la Virgen de Guadalupe, le pedimos que use a estos indios no sólo para difundir su devoción, sino para usar a estos indios que Ella quería asumir como niños, que ella quería asumir como devotos de ella, que ella toma a estos que descienden de estos ¡Indios y conviértalos en algunos baluartes de héroes y grandes logros y grandes logros para el Reino de ella!


[1]Extracto de Homilía del 12 de diciembre de 2005.
[2]Extracto de Homilía del 12 de diciembre de 2009.
[3]Extracto de Homilía del 12 de diciembre de 2008.

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