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Homilía: ¿Habrá un Noé en nuestros días?3 minutos para ler

Los Heraldos del Evangelio procuran llevar la Buena Nueva del Evangelio a todas partes. Allí donde se les invita a actuar, en coordinación con las directrices pastorales de cada diócesis, los sacerdotes Heraldos procuran traer palabras de alegría, confianza y apoyo a los católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Para llevar este mensaje aún más lejos, el programa «Palabra para nuestros días» busca ofrecer una visión sintética de los puntos esenciales de la liturgia de cada domingo.

El vídeo que ofrecemos a continuación contiene extractos de algunas de las homilías pronunciadas el domingo 1 de diciembre de 2019, en diversas celebraciones en Brasil:

  • P. Carlos Adriano Santos dos Reis — Basílica de Nuestra Señora del Rosario, en Caieiras (São Paulo)
  • P. Christian Almeida Durães — Sede de los Heraldos, en Recife (Pernambuco)
  • P. David Carlos Francisco — Sede de los Heraldos, en Campos dos Goytacazes (Río de Janeiro)
  • P. Leonardo Resende — Sede de los Heraldos, en Joinville (Santa Catarina)
  • P. Luiz Francisco Beccari — Capilla de San José, en Caieiras (São Paulo)
  • P. Paulo Sérgio Martins — Sede de los Heraldos, en Curitiba (Paraná)
  • P. Ricardo José Basso — Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Cotia (São Paulo)
  • P. Rodrigo Fugiyama Nunes — Basílica de Nuestra Señora del Rosario, en Caieiras (São Paulo)
  • P. Wagner Silva — Sede de los Heraldos, en Salvador (Bahía)

Resumen

La Iglesia es, como siempre, el faro de la Verdad, y como tal debe brillar e iluminar: brillar por sus virtudes, iluminar con sus enseñanzas; y, según lo presenta la primera lectura, debe ser colocada en lo más alto, porque todo el mundo debe ser capaz de verla. Los hombres, a su vez, serán juzgados de acuerdo con la adhesión que dieron a este faro.

En nuestros días, de tanta calamidad, “la noche está avanzada”, pero “la salvación está más cerca de nosotros”. Por eso la segunda lectura nos advierte que, para ver esa salvación, debemos despertarnos.

En este contexto, acompañar a la Iglesia actualmente con integridad nos convierte en algo semejante a lo que fueron los contemporáneos de Noé. Y el Evangelio nos advierte: “¡El diluvio se acerca! ¡Las primeras gotas ya están cayendo!”. En estas situaciones, los justos siempre vencen, y aquellos que siguen al “Noé” que Dios envía para dar un rumbo a cada etapa de la Historia, no perecen en los “diluvios”. Así que, en estos días, más que nunca, ¿no tendremos que estar al servicio de un Noé?

Por tanto, hay que buscar el “Noé” de nuestros días y su “Arca”: es decir, la Iglesia, allí donde realmente se encuentra, íntegra, pura y auténtica. Muchos ya están “entrando en el arca”, pero depende de cada uno decidir su propio destino… De hecho, mientras Noé construía el Arca, muchos se burlaban de él. Hoy en día, ha vuelto a “ponerse de moda” burlarse de los “Noés” y de sus seguidores…

¿Quién tendrá la razón? La Historia dirá lo que les sucedió a aquellos que querían destruir el Arca y denigraron a Noé, y lo victoriosos que fueron aquellos que escucharon la voz de Dios por boca de los profetas.

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